jueves, septiembre 20, 2007

Prosas apátridas

Es cierto que, para mal del propio Julio Ramón Ribeyro, escritor peruano que está siendo injustamente olvidado, estas líneas que escribo no contribuirán en nada a su ungimiento. Pero de cualquier modo el testimono lo vale por sí mismo, aun cuando lo hubiera dejado morir en el pensamiento. Quiero decir que pocas veces un escritor me ha movido tanto como el escritor que fue Julio Ramón Ribeyro en sus "Prosas apátridas", quienes poco conocen y comentan, o quienes poco comentan aun conociéndolas o viceversa (si esto es posible). La lectura de sus "prosas apátridas" me deja fulminado, y de ellas rescato, sobre todo, la mirada, el punto de vista, y esa forma ribeyroniana de penetrar en la realidad, de extraer sustancia de aquello que parece no tenerla. Sin duda, más que sus cuentos y novelas, lo que perdudará de Ribeyro son sus prosas apátridas, su propio diario. Poco escritores tant escritores como el mismo escritor Ribeyro, y, pese a todo eso, ni se siente que sea un oficiante tan magistral. Por eso adquirí el mal hábito de terminar sus "prosas apátridas" y volverlas a empezar inmediatamente después, terminarlas otra vez y volverlas a empezar, tal como hacen los relojes o el agua de las fuentes.

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