domingo, noviembre 27, 2005

Los planos de la tierra

Recibo carta de David Lagmanovich desde Tucumán (Argentina). En ella me dice que tiene una amiga que, curiosamente, tiene un hijo que también vive en Nueva Zelanda. No me precisa en qué ciudad ni siquiera en qué isla, si en la norte o en la sur, pero en su tono entiendo que espera que –detrás de este hecho fortuito- se esconda algún tipo de genuina maravilla. Como mi vida siempre ha ido hacia delante gracias a una especie de “puertas que se abren en el último segundo”, no dudo que el hijo de su amiga viva en Dunedin, esta pequeña ciudad al sur del la isla sur neocelandesa en la que vivo desde hace poco menos de un año y a la que cada vez le encuentro una gracia que no había visto nunca antes.

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